domingo, 19 de diciembre de 2010

Ribadesella, paraíso natural

Era un viaje repetidamente aplazado. El tiempo, las carreteras, el encontrar el momento...
Necesitábamos ese viaje para saborear nuestro tiempo libre, el placer de viajar, sentirse atraídos por un paisaje, por un sabor, por .....un tiempo sólo para nosotros. Sabíamos que Asturias nos daría eso y mucho más.
Nuestros pasos se dirigían a Ribadesella, buscando el descanso, el paisaje, ver la santina y ¡como no! comer unas buenas "fabes" y una rica sidrina.
A lo largo del camino encontramos eso... y muchas cosas más...


Un pueblo de postal y cromo: Cudillero
Un rincón escondido en el mar, una foto de maqueta, unas casas enganchadas en la falda del mar, un juguete escondido en la roca agreste que aparece de repente engalanado de fiesta.

Tras una buena comida, entrada triunfal en Ribadesella, con el puente atravesando el Sella, dueño y señor del pueblo, con sus paseos, sus vistas y su aroma de historia secular de nobles y señores que alli construyeron sus mansiones antaño y que ahora perviven en el tiempo como testimonio del esplendor del pasado.

Las "Cuevas de Tito Bustillo" estaba cerradas, pero había en Ribadesella encantos por doquier, para poder disfrutar en nuestra estancia.
El hotel Verdemar era un encanto y las casas indianas jalonaban un precioso paseo al ldo de la ría famosa por remeros que , llegando de Arriondas cruzaban el puente gravando su sudor en las aguas del Sella. EN el hotel se respiraba ambiente familiar y ya en recepción nos dio una sensación hogareña, tranquila y comodidad.
En el horizonte, muy cerca, lo Picos de Europa acechaban y nos miraban. Estaban aguardando nuestra visita, alos Lagos, a Covadonga, a Cangas de Onís, donde el mercado dominical nos dejaría caer sabrosas viandas para el recuerdo: morcillas, fabes, cabrales y similares, chorizos picantones y de jabalí, todo ello aderezado con el aroma asturiano de la hospitalidad y amistad de puelo vecino.

El paseo por las casas indianas , espoecialmente "Villa Rosario" nos despidieron el último día, antes de dirigirnos a LLanes y a villa marinera del doctor Mateo ,Lastres.
Nuestro paso por Llanes y Lastres fue fugaz, pero lleno de encanto. Ver la casa del Orfanato y las callejuelas donde se rodó la serie del Doctor Mateo fue agradable y cuando menos curioso ver la casa del doctor, la taberna,¡pequeño desengaño! o las callejuelas empinadas que ascendían escalonadamente desde el mar.

Aquí queda reseña de nuestro periplo por esos lugares..


Finalmente, para terminar este periplo viajero, dejar constancia de nuestro principal motivo para este viaje: la Santina, la Virgen de Covadonga , la Señora que se quedó a vivir en la gruta de estos montes y que ilumina todo este paraje fascinante. ¡Hasta pronto! SEÑORA